Forma del cráneo.
En este sentido, debemos observar la forma de los principales huesos que utilizamos como referencia para desarrollar los volúmenes del corte, es decir, frontal, parietal, temporal y occipital. Podemos encontrar por norma general tres tipos de cráneo:
- Cráneo equilibrado: Es ligeramente más ancho que alto y se adapta perfectamente a cualquier estilo de corte por su armonía.
- Cráneo plano alargado: Tiene excesivamente ancho el plano horizontal respecto a su altura y requiere volumen en la parte superior para compensar la diferencia de tamaño.
- Cráneo redondeado: Se considera muy igualado en altura y ancho y debemos rellenar de volumen la zona más baja de la nuca y el punto diagonal opuesto, es decir, la zona frontal superior.
También analizaremos el perfil teniendo en cuenta que es una forma de aportar equilibrio y armonía en el rostro. Consideramos tres tipos de perfil:
- Perfil normal: Este perfil presenta armonía en las tres zonas salientes del rostro y admite variedad de volúmenes y formas resultando siempre favorecedoras.
- Perfil cóncavo: Donde la barbilla y la frente sobresalen en relación a la nariz, en estos casos potenciaremos el volumen en la zona media y alta trasera y combinaremos con suaves flequillos.
- Perfil convexo: Se trata del perfil contrario al cóncavo, en este caso, la nariz suele ser el punto más saliente y visible a diferencia del mentón y la frente que se introducen en exceso. Podemos aplicar flequillos muy densos y tupidos.
Forma del rostro.
- Rostro ovalado: Es un rostro muy femenino, equilibrado y está dispuesto a admitir cualquier estilo de corte. Debemos evitar volúmenes exagerados en la zona alta del cráneo para que no pierda sus proporciones.
- Rostro redondo: Son rostros principalmente anchos donde aconsejaremos longitudes semi cortas o cerca de las clavículas. Evitaremos melenas a la altura del maxilar y los volúmenes laterales elevando exclusivamente el cabello en zonas altas.
- Rostro cuadrado: De carácter anguloso y líneas anchas donde el contorno de la frente y la mandíbula es recta y muy marcada. En estos casos evitaremos estilos geométricos y flequillos rectos. Aconsejaremos volumen en la zona superior y podremos jugar con secciones sueltas o desfiladas para suavizar el contorno del rostro. –
- Rostro rectangular: En este caso la sensación de alargado es mayor y podemos reducirla visualmente a través de un flequillo abierto, un toque de volumen en la coronilla y algunos mechones o cierta longitud sobre el mentón.
- Rostro triángulo: Este rostro resulta desproporcionado ya que la mandíbula es ancha y progresivamente se ve más reducido hacia la sien. Podemos aumentar el volumen en los laterales de la frente y reducirlo ópticamente en el propio maxilar con estilos semi cortos.
- Rostro corazón: Es la forma contraria a la triangular, se manifiesta mayor amplitud en la frente hasta llegar a una barbilla pequeña y estrecha.
- Rostro diamante: Son rostros con pómulos muy salientes y marcados y necesitan rellenar volumen cerca de la barbilla a través de cortes que comienzan su desfilado en dicho punto.